F 1 ESCÍLAX (Esc.) (vol. I/1) |
PERIPLO DE LAS REGIONES SITUADAS MÁS ACÁ Y MÁS ALLÁ DE LAS COLUMNAS DE HERACLES ¿O PERIEGESIS? |
1 (HERÓDOTO, IV 44) La mayor parte de Asia fue descubierta por Darío, el cual, deseoso de averiguar, por lo que respecta al río Indo, el lugar en que desemboca en el mar dicho río, que, de entre todos los ríos, es uno de los dos que alberga cocodrilos, envió en barcos a un grupo de exploradores con el convencimiento de que habrían de contarle la verdad, y entre ellos a Escílax de Carianda. Éstos, tras partir de la ciudad de Caspatiro y de la región de Páctica, emprendieron su viaje de descenso por el río en dirección a Oriente y a la salida del Sol hacia el mar, y navegando por el mar en dirección a Occidente llegaron después de treinta meses al lugar desde el cual el rey de los egipcios encargó a los fenicios a que antes me referí la circunnavegación de Libia. Tras culminar dichos expedicionarios su periplo, Darío sometió a los indios y pudo hacer uso de dicho mar. De este modo se pone de manifiesto que, salvo la parte que da a Levante, también el resto de Asia presenta la misma disposición geográfica que Libia. |
2 (Escolio a 2 [PsEsc.], 1 [vol. I/2]) Escílax de Carianda es un personaje muy antiguo. Cuando la mayoría de las regiones de nuestra ecúmene y del mar que cae dentro de las Columnas de Heracles eran todavía desconocidas por muchos, se propuso escribir un Periplo de la ecúmene. Pues sus zonas orientales las dio a conocer todas ellas a la humanidad Alejandro de Macedonia, y las de los pueblos occidentales la pujanza de los romanos, que se impusieron a éstos mediante la guerra. Así pues, por dicha causa no pudo lograr un preciso conocimiento de la totalidad de los territorios, pero llegó a circunnavegar de forma correcta y con exactitud la mayoría de las regiones, como el golfo Jonio o Adriático, además del Ática y de todo el Peloponeso junto con los pueblos que allí habitaban, a lo que se suma su correcta descripción de otras regiones del mar y de quienes habataban sus inmediaciones. En cierto modo, parece haber hecho también él de la concisión como una especie de justificación del desconocimiento de la mayoría de los territorios, al pretender que, por medio de muy pocos lugares, traten de descubrir o lleguen a conocer sus lectores la mayoría. De la antigüedad del personaje es un claro indicio el hecho de que no conozca a Alejandro, rey de los macedonios, ni a ninguno de los que vivieron poco antes de aquella época, de tal manera que nadie se equivocaría al considerar digno de admiración a dicho hombre por haber sido capaz de tratar tal número de regiones. Elio Dío, en el libro primero de Sobre Alejandría, dice que Escílax dedicó su obra a Darío. |
3 (ATENEO, II 82 [70a-c]) Cínara. Sófocles en Las cólquides llama a ésta «cínara», y en Fénix dice: “el cardo cínaro llena todo el campo”. Hecateo de Mileto en la Periegesis de Asia... dice que también en los alrededores del río Indo crece la cínara. E igualmente Escílax o Polemón escribe: “la comarca se ve regada por manantiales y acequias, y en los montes se cría la cínara y otro tipo de plantas”. |
4 (II 82 [70c-d]) Y a continuación: “desde allí se extendía a uno y otro lado del río una cadena montañosa elevada y cubierta de agreste maleza y espina cínara”. El gramático Dídimo, al comentar en Sófocles el «cardo cínaro», afirma: “es posible que se esté refiriendo al escaramujo, dado que dicha planta es espinosa y áspera; pues en efecto la Pitia llamó a ésta «perro de madera», y el locro que había recibido el oráculo de fundar una ciudad allí donde fuera mordido por un perro de madera, al ser arañado en la pierna por un escaramujo fundó la ciudad”. El escaramujo es algo intermedio entre mata y árbol, según dice Teofrasto, y tiene el fruto rojo, semejante a la granada; tiene también una hoja parecida a la del agnocasto. |
5 (ARISTÓTELES, Política VII 13, 1-2) Dado que toda comunidad ciudadana está formada por gobernantes y gobernados, hay que considerar si es preciso que los gobernantes y los gobernados sean diferentes o los mismos de por vida, pues está claro que también la educación deberá ser acorde con la opción que se elija. Si, en efecto, pudieran ser tan diferentes los unos de los otros cuanto consideramos que los dioses y los héroes se diferencian de los hombres, dotados a todas luces de una superioridad primero en cuerpo y luego en alma, de forma que fuera indiscutible y manifiesta la supremacía de los gobernantes sobre los gobernados, está claro que sería mejor que de una vez por todas fueran siempre los mismos tanto los que gobiernan como los que son gobernados. Pero, dado que esto no es fácil de conseguir y que la situación no es semejante a la que describe Escílax refiriéndose a los indios, cuyos reyes difieren tanto de sus súbditos, resulta evidente que por muchas razones es necesario que todos compartan por igual la posibilidad de gobernar y ser gobernados de forma sucesiva. |
6 (HARPOCRACIÓN, s.v. ὑπὸ γῆν οἰκοῦντες) Antifonte en Sobre la concordia. Puede referirse a los denominados trogloditas por Escílax en el Periplo y a los llamados catudeos por Hesíodo en el libro tercero del Catálogo. |
7 A (FILÓSTRATO, Biografía de Apolonio de Tiana 3, 47) Que [sc. “dijo Yarcas”] los pigmeos habitaban bajo tierra y residían más allá del Ganges, viviendo del modo que todos han contado, pero que los hombres esciápodes o macrocéfalos o cuantas otras denominaciones nos recuerdan los escritos de Escílax al referirse a estos pueblos, ni vivían en parte otra alguna de la tierra ni desde luego entre los indios. B (TZETZES, Quilíadas VII 629-644) Se conserva un libro de Escílax de Carianda que se hace eco de la existencia en las cercanías de la India de unos hombres a los que llama esciápodes, así como de los otolicnos. De entre ellos los esciápodes poseen unos pies muy anchos, y a la hora del mediodía, tras echarse al suelo, se dan sombra a sí mismos levantando los pies, y los otolicnos, al estar dotados de grandes orejas, se cubren igualmente a sí mismos con ellas a modo de sombrillas. Dicho Escílax recoge también otras innumerables anécdotas acerca de los monoftalmos, de los henotictontes y de otras muchísimas visiones monstruosas. Y afirma que estas noticias son verdaderas y no frutos del engaño, pero yo las considero falsas por falta de confirmación. Sin embargo, que son verídicas tales informaciones e incluso algunas cuya constatación en la vida es más inaudita lo defienden otros muchos, como Ctesias, Yambulo, etc. |
8 (AVIENO, Orla marítima 370-374) Mas afirma Damasto [F 4 (Dam.), fr. 2] que cuanta agitada ola fluye entre las Columnas apenas supone siete estadios. Escílax de Carianda asegura que el agua que media entre las Columnas alcanza una anchura semejante a la del mar en el Bósforo. |
9 (Escolio a APOLONIO DE RODAS, IV 1215) Los nesteos y Órico: dice Escílax que los nesteos son un pueblo ilirio: “el trayecto desde éstos hasta el golfo *** es de ***”. Y Eratóstenes en el libro tercero de la Geografía dice: “tras los ilirios vienen los nesteos, frente a cuya costa se halla la isla de Faros, colonia de los parios”. |
10 (I 1177-1178a) A los poblados de la región Ciánide, junto al monte Argantoneo y la desembocadura del Cío. Con actitud hospitalaria... les dieron la bienvenida los misios, habitantes de aquella tierra: perífrasis por Cío [sc. “región Ciánide”]. Se trata de una ciudad de Misia que recibe su nombre de Cío, el fundador de esa colonia de los milesios, según cuenta Aristóteles en la Constitución de los cianos. Estuvo habitada primero por misios, luego por carios y en tercer lugar por milesios. Recibe también este mismo nombre un río que baña la ciudad, del que hace mención Escílax de Carianda. |
11 (ESTRABÓN, XII 4, 8) De que Bitinia era un asentamiento de misios dará testimonio en primer lugar Escílax de Carianda al afirmar que en los aledaños del lago Ascanio habitaban frigios y misios, y lo mismo testifican luego Dionisio, el autor de Relatos fundacionales..., Euforión... y Alejandro el Etolo..., dado que el lago Ascanio no se encuentra en ningún otro sitio, sino aquí exclusivamente. |
12 (XIII 1, 4) [= F 4 (Dam.), fr. 6] |
13 (CONSTANTINO PORFIROGÉNITO, Sobre los temas I 2) El tema llamado Armeníaco no recibe dicho nombre con propiedad ni la suya responde a ninguna designación antigua..., pues no hicieron mención de tal denominación ni Estrabón, ni Menipo, autor de Estadiasmos de toda la ecúmene, ni desde luego Escílax de Carianda, ni Pausanias, ni ningún otro de cuantos escribieron historias. |
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F 4 DAMASTES (Dam.) (vol. I/1) |
PERIPLO O CATÁLOGO DE PUEBLOS Y CIUDADES O SOBRE LOS PUEBLOS |
1 (ESTEBAN DE BIZANCIO, s.v. Ὑπερβόρεοι) Pueblo. Protarco expone que los Alpes reciben el nombre de montes Ripeos, y que cuantos habitan más allá de la cordillera de los Alpes se denominan todos hiperbóreos. Antímaco dice que son los mismos que los Arimaspos. Pero Damastes refiere en Sobre los pueblos que por encima de los escitas viven los isedones, más arriba de éstos los arimaspos, y que por encima de los arimaspos se encuentran los montes Ripeos, desde donde sopla el Bóreas, montes que nunca se ven privados de nieve. Y añade que más allá de dichos montes se extienden los hiperbóreos hasta el otro mar. A su vez otros defienden opiniones distintas. Helánico escribe “Ὑπερβόρειοι”, con diptongo. |
[2] (AVIENO, Orla marítima 370-374) [= F 1 (Esc.), fr. 8] |
[3] (Papiros de Oxirrinco XIII 1611, fr. 8, cols. I [frs. 18-19]-II Lobel) Pueblo *** persas se extienden hasta Arabia *** también Damastes *** coinciden en territorio de los árabes. |
[4 A] (PLINIO, Historia natural VII 154) Helánico dice que ciertos individuos del pueblo de los epeos en Etolia cumplen los doscientos. Con él concuerda Damastes al recordar cómo Pictoreo, que destacaba entre ellos por su cuerpo y robustez, llegó a vivir incluso trescientos. [B] (VALERIO MÁXIMO, VIII 13 [ext.], 6) Helánico dice que ciertos individuos del pueblo de los epeos, que forma parte de Etolia, cumplen los doscientos años, opinión que se ve refrendada por Damastes al afirmar, además de esto, que un tal Litorio, el más robusto entre ellos y dotado de enorme estatura, llegó a sumar trescientos. |
[5] (ESTRABÓN, I 3, 1) Precisamente él mismo [Eratóstenes] refiere una de las sandeces de éste [de Damastes], el cual sostiene que el golfo Arábigo es un lago y que Diotimo, el hijo de Estrómbico, al conducir una legación de los atenienses remontó el Cidno desde Cilicia hasta el río Coaspes, que pasa por Susa, y llegó en cuarenta días a Susa, información que le había referido el propio Diotimo, añadiendo que se quedaba maravillado de que fuera posible que el Cidno, tras atravesar el Éufrates y el Tigris, desembocara en el Coaspes. |
[6] (XIII 1, 4) Al haberse dispersado, pues, los eolios por toda la región que, según dijimos, recibe el nombre de troyana por parte del poeta [Homero], con posterioridad unos llaman Eólide a toda ella y otros a una parte, así como unos llaman Troya a la totalidad y otros a una parte de ésta, sin llegar en absoluto a pleno acuerdo entre sí. Pues, por ejemplo, en lo tocante a los lugares ribereños de la Propóntide, Homero fija el comienzo de la Tróade en el Esepo; Eudoxo en Priapo y Ártace..., reduciendo sus límites a un ámbito menor; Damastes los reduce todavía más al fijarlo en Pario, dado que también él los hace llegar hasta el Lecto, mientras otros defienden opiniones distintas; Caronte de Lámpsaco suprime otros trescientos estadios, ya que fija su comienzo en el Practio..., sin embargo hace llegar sus límites hasta Adramitio; Escílax de Carianda, a su vez, fija el comienzo en Abido, del mismo modo que Éforo dice que la Eólide se extiende desde Abido hasta Cime, si bien otros defienden opiniones distintas. |
[7] (XIV 6, 4) ¿Qué necesidad hay de asombrarse de los poetas... cuando los comparamos con los escritos de Damastes, el cual da la extensión de la isla [Chipre] de Norte a Sur desde Hierocepia, según dice, hasta Clides? Ni siquiera lleva razón Eratóstenes, pues al censurar a éste dice que Hierocepia no está al Norte, sino al Sur, cuando en realidad tampoco se encuentra al Sur, sino a Occidente. |